miércoles, 20 de abril de 2016

SOBRE EL FUTURO DE LA ESCALADA: CIUDAD VERSUS MEDIO NATURAL


A nivel nacional, y como consecuencia de las acciones planteadas por la Red Natura 2000, los conservacionistas, que luchan por la supervivencia de las especies amenazadas, se hacen fuertes, y utilizando como mediadores a la administración, presionan para que la presencia de escaladores disminuya en roquedales, cortados, acantilados y paredes en general. Para así garantizar, desde ese punto de vista, el éxito de los programas de recuperación de especies amenazadas y en peligro.


Esta situación está provocando desde hace varios años, enfrentamientos y conflictos, entre todos los interesados e implicados en el desarrollo de una actividad deportiva en el medio natural. 

Si bien es cierto, que estos conflictos no surgen en la ciudad. Donde la proliferación de rocódromos e instalaciones artificiales tiene un crecimiento exponencial.  Y cuya repercusión a posteriori tiene reflejo en el medio natural. Ya que los nuevos escaladores, formados desde la base en escuelas de formación en la ciudad, carecen de conocimientos y educación ambiental, que los más veteranos han adquirido con el tiempo. 

Es una situación compleja. Los perfiles de escaladores son diversos, desde montañeros consagrados y muy sensibles y respetuosos con el medio natural a escaladores de plafón, o como se dice hoy, escaladores de gimnasio. 

Lo que es indiscutible, es el crecimiento exponencial de los últimos 10 años, donde la comercialización de la montaña, como fenómeno de ocio asumible con ciertos factores de riesgo controlados si te formas y cumples con las normas de seguridad, ha generado un boom, que el medio natural, parece no poder empezar a absorberlo. 

Todos somos conscientes de ello: zonas masificadas, suciedad y basura por todos lados, heces y excrementos diseminados, zonas de aparcamiento saturadas, perros que matan a ganado o lo espantan, ruidos excesivos a pie de pared, etc. 

Y donde los responsables de ese boom somos todos. 

Desde la administración, ayuntamientos, diputaciones, empresas privadas de turismo activo que ofertan el deporte de aventura, como herramienta revitalizadora de comarcas remotas y degradadas, con escasez de ingresos para sus pueblos; a otras figuras más pequeñas como escuelas de escaladas, monitores y técnicos deportivos, clubes y asociaciones de montaña, y simplemente particulares que se llevan a amigos a escalar. 

En un país donde se refugian los mejores escaladores del mundo, cuyas características territoriales y de clima son excepcionales para la práctica de los deportes de montaña, cada vez hay más leyes que intentan controlarlo, prohibirlo, o impedir su expansión.  

Y esto pone de manifiesto las contradicciones de las administraciones. Donde por un lado diputaciones, y delegaciones de deporte y turismo, lo fomentan como valor turístico y de alto potencial económico para una zona, desde otro, los prohíben por el alto impacto que se produce. 

Por otro lado, conservacionistas, acusan a montañeros de provocar grandes interferencias en las puestas de la avifauna y la flora, apoyándose en sus seguimientos anuales. Y ponen en el punto de mira, a los escaladores cuando una poyada fracasa un año. Perdiendo de vista otros factores, como puedan ser la presencia de cazadores furtivos, cebos envenenados, muertes en tendidos eléctricos, muertes en campos de aerogeneradores, muertes por atropellos en carreteras, etc. 

A veces, en sus programas de reintroducción de una especie en un territorio, se afanan en que una pareja crie en un determinado sitio, colocando nidos artificiales, que se ven abocados al fracaso por falta de caza para el animal en la zona, o por que la elección fue errónea al intentar crear unas condiciones irreales en el territorio, o por la acción de furtivos que roban los cotizados huevos en el mercado ilegal de especies, etc. 

Y es que la naturaleza es incontrolable. Y menos donde el campo, está absolutamente colonizado por humanos, que han troceado y dividido la tierra repartiéndosela en propiedad, haciendo un uso indiscriminado de ella. 

No existen estudios serios científicamente de la repercusión de escaladores en las aves, ya que es un estudio a muy largo plazo, y no se han realizado. Y tampoco existen estudios de impacto ambiental en las zonas que propongan medidas correctoras. 

Desde luego, la situación es caótica y carece de visión y tratamiento global. 

El panorama parece incierto, en toda España desde el 2005, nacen asociaciones de escaladores que intentan defenderse frente a los decretos prohibicionistas de la administración. E intentan suplir un vacío del que adolecen federaciones de montaña.

 Aquí se ha llegado a inventar un nuevo conflicto, donde las federaciones se sienten atacadas, por los nuevos grupos de escaladores organizados, aunque escasos, que intentan defenderse frente a la merma de sitios donde ir. Conflicto inexistente, ya que por lo general, los escaladores de las asociaciones son federados en su gran mayoría. Y solo hacen un trabajo del que nadie se encarga, al ser una problemática nueva. 

El resultado final de esta situación es catastrófico: sectores desequipados, zonas prohibidas para la eternidad, impacto de mayor o menor calado en las especies amenazadas o protegidas, el campo convertido en un basurero... 

Así nacen las Asociaciones por la defensa de la escalada, que pretenden unir a las partes en conflictos y orientar a los usuarios. 

Formadas por valientes que sin fondos y apoyo económico, se dejan la piel en reuniones eternas con legisladores, con políticos, con los dueños de las tierras, con conservacionistas... Que en ocasiones van de la mano de federaciones y en otras solos. Trabajadores generosos, que hacen campañas de plantación de arboles a pie de vía, que hacen seguimientos de aves en primavera para auto regular la escalada en ciertas paredes, que planifican jornadas de limpieza de zonas, que dan charlas informativas, que organizan actos reivindicativos, que hacen lo que sea, para salvar a su escuela. 

Y es que la administración aún no se ha dado cuenta que un montañero, es un aliado, es un  agente defensor de la naturaleza, que juega un papel importantísimo en la preservación de la riqueza del medio natural. Denunciamos actos y abusos por parte de cazadores furtivos, denunciamos vertidos ilegales de sustancias contaminantes, denunciamos la proliferación de vertederos de materiales de construcción, luchamos mano a mano en la extinción de incendios, y tantas, y tantas acciones anónimas e individuales, que van más allá de la mala política y publicidad engañosa con la que se trata de desprestigiar al colectivo. 

Es una situación descontrolada por lo general, donde las administraciones tienen reacciones radicales o simplemente no reaccionan, situación frente a la que el colectivo ha pedido ya a la Delegación de Medio Ambiente de Andalucía, empezar a trabajar juntos.

Tanto en delegaciones provinciales como en la central, se pide la formación de mesas de trabajo, de mesas de entendimiento entre las partes afectadas, donde tomar y marcar premisas para la convivencia respetuosa en los espacios naturales. 

 
 
La administración ha contestado a esta petición, reuniéndose con F.A.M. y A.A.E.E., el pasado día 11 de mayo de 2016, en La dirección General de la Consejería de Medioambiente de la Junta de Andalucía.
 
Reunión en la que los escaladores pudieron expresar su disconformidad con lo acontecido en desequipación de vías, la falta de coordinación entre la dirección central de Medioambiente y las delegaciones provinciales, la falta de estudios científicos o estudios de impacto ambiental que demuestren el impacto de escaladores y no otras causas, etc.
 
En un principio se han mostrado dialogantes y con disponibilidad para negociar.
 
Se comprometieron a hacer un borrador para un protocolo de actuación, que ha quedado pendiente de ser entregado a Federación y Asociación de escaladores.
 
Pero que nos tememos que será una herramienta legal, para frenar la actividad de escaladores. Ya que por lo acontecido en la reunión, pensamos que aún no entienden el pensamiento o filosofía que hay detrás del colectivo montañero en general y su forma de acercarse al medio natural.
 
Así que estamos a la espera de recibir el citado documento.

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